jueves, 7 de mayo de 2009

INTENTO AUTOBIOGRÁFICO NÚMERO SESENTA Y TRES

Catín era una amante de la libertad, cerró sus ojos y se quedó dormida. Cuando despertó todo había pasado, las luces y el frío de la calle, terminarían haciéndole bien. Diana ya no estaba.
¿Delirio o apasionada perversión? Tal vez ahora nunca lo sabré. Tal vez mañana cuando se lo cuente al doctor Si, él seguramente se burlará de mí. Tal vez esto será una tontería más, esas cosas que tengo. Mañana me bañaré e iré a la peluquería, le pediré los perfumes a Diana, todo irá bien, soy feliz, él se pondrá contento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario